Quini (Oviedo, 1949) es el sinónimo de gol por excelencia. También conocido por ‘el Brujo’, ‘Quinocho’ y ‘Quinigol’, fue uno de los mejores delanteros de Europa de sus tiempos, un verdadero matador del área.
Enrique Castro González nació en Oviedo en 1949 y se crió en Llaranes, el «barrio ideal» construido para albergar a los trabajadores de Ensidesa. Allí empezó a jugar al fútbol, bajo la sombra humeante de la factoría: Quini es, en cierta forma, hijo de la industrialización, como los miles de aficionados que corearían su nombre y celebrarían sus goles.
Empezó a destacar pronto en el equipo infantil de los Salesianos, luego en el Llaranes juvenil y más tarde en el Ensidesa, de Tercera División, donde coincidió con algunos de los mejores jugadores que daría el fútbol asturiano: Jesús Castro, su hermano, que jugaba de portero como lo había hecho su padre en el Vetusta, y también Churruca, Megido y José Manuel.
Como juvenil, Enrique Castro, a quien ya se le conoce con el sobrenombre de Quini, heredado de su padre, juega dos veces con la Selección española y es observado
por varios clubes. A uno de ellos, el Oviedo, fueron presentados Enrique y Jesús, pero no supieron ver su calidad y fueron rechazados. Sin embargo, desde el otro gran núcleo industrial de la región sí se supo valorar a un jugador que en aquella época ocupaba la posición de interior. Enrique Castro, Quini, firma con el Sporting de Gijón en 1968 y en diciembre de ese mismo año debuta en Sevilla frente al Betis.
A la semana siguiente marca su primer gol como sportinguista, un gol que supuso el empate a uno frente al Racing de Ferrol. En su primera temporada en el Sporting, Quini marcó 16 goles. Un año más tarde, su hermano Jesús convierte la portería rojiblanca en la segunda menos goleada del campeonato y él se encarga de batir en 24 ocasiones la portería de los rivales, consiguiendo su primer trofeo Pichichi y llevando al Sporting a Primera División tras once durísimas temporadas.
Al éxito en el Sporting le sigue rápidamente la llamada de la Selección. Primero con la amateur, donde le acompañan José Manuel, Herrero II y Jesús Castro, consigue el Campeonato de Europa frente a Italia y es además el máximo goleador del torneo; poco después, en octubre de 1970, debuta con la Selección nacional absoluta ante Grecia. En otras 34 ocasiones vestiría Quini la camiseta nacional, la última de ellas en el Mundial de 1982. Fue precisamente durante un partido con la Selección cuando sufrió la lesión más grave de su carrera. Ocurrió en Hull (Inglaterra), en un partido contra Irlanda del Norte, el 16 de febrero de 1972: cuando saltaba para rematar un centro, un defensa rival le da un codazo en la cara (que Quini siempre consideró intencionado), que le provocó la rotura del pómulo izquierdo.
Recuperado de la grave lesión, volvió a marcar goles decisivos para lograr la permanencia del Sporting en Primera y en la temporada 1973-74 consigue de nuevo el trofeo Pichichi con 20 goles. En ese momento empiezan a interesarse por él grandes equipos del fútbol español, entre ellos el FC Barcelona, pero desde la directiva sportinguista no convence la oferta del club catalán.
Quini sigue marcando goles y se vuelve a convertir en máximo goleador nacional en la temporada 1975-76. El interés del Barcelona es cada vez mayor y comienza un tira y afloja entre el jugador, el Sporting y el Barcelona que llega a un punto decisivo en el verano de 1976: el Barcelona hace una oferta millonaria por Quini, pero el presidente, Ángel Viejo Feliú, decide someter la respuesta del club a la decisión de una asamblea, que debía posicionarse además sobre el interés del Athletic de Bilbao por Churruca. Finalmente, la asamblea acepta la oferta por Churruca y rechaza la del Barcelona por Quini.
En esta temporada, la 1976-77, Quini vuelve a ser decisivo. Con el Sporting en Segunda, el Brujo logra 27 goles, su récord personal, y es nuevamente Pichichi. En su regreso a Primera, el Sporting realiza las mejores campañas de su historia, se clasifica para la Uefa y a punto está de lograr el título de Liga en la temporada 1978-79. Para Quini se inicia también un periodo sensacional: en las temporadas 1979-80, 1980-81 y 1981-82 es el máximo goleador del fútbol español, con 24, 20 y 27 goles, respectivamente. Quini estaba en su mejor momento y el Barcelona decidió dar el todo por el todo.
Después de años de continuas negociaciones, en el verano de 1980 el FC Barcelona puso encima de la mesa del Sporting 80 millones de pesetas para llevarse al mejor delantero de España.
Foto: Pagina Web Fundación Quini |
Foto: Pagina Web Fundación Quini |
Quini es el ídolo para una generación y el símbolo de una época, pero, además, es el referente para toda la afición y una auténtica leyenda viva del Sporting.
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